10/11/09

¡OTRO JÓVEN MARMATEÑO QUE MUERE EN LA GUACHA!


Se sigue la cadena de muertes
y de accidentes, todos derivados del desespero que viven los Marmateños, ante el cierre de las Minas que eran propiedad de arrendatarios del municipio y que fueron compradas por la Multinacional Colombia Golfields y su sucursal la Compañía minera de Caldas. Y pareciera que todo es un complot contra Marmato, en el cual participan las multinacionales, el ministerio de minas y fuerzas dirigentes del estado Colombiano. Todos amangualados con los capitales extranjeros para ahorcar y asfixiar al pequeño minero.

No de otra manera se explica el hecho de que no se venda la polvora a la cooperativa multiactiva de mineros de nuestro municipio, ni a los pequeños empresarios que suman más de 60 empresarios, los cuales tienen la responsabilidad de ofrecer el poco empleo decente que hay en el municipio. No se venden los explosivos y se extreman las exigencias para la explotación de minerales. Si a esto se le suma la pretención de la Medoro de comprar a Mineros Nacionales compañía que tiene más de 700 trabajadores y una antiguedad de más de 15 años, entonces el panorama se torna bastante oscuro, sobre todo si se piensa en la posibilidad de liquidación de trabajadores e inclusive de cierre de la mina la Maruja.

La muerte de Alexander Torres es lamentable y da tristeza saber que es tan solo uno más de la larga lista....

1 comentarios:

OSIEL RAMOS, dijo...

Este lamentable suceso debe concitar nuestra atención para orientarnos a escudriñar lo que exactamente está pasando. Si los habitantes de Marmato -(como parece)-continúan dispersos, si no se aunan las voluntades y se emprenden acciones conjuntas y organizadas para enfrentar la situación, estos y otros accidentes seguirán pasando!
Esto que digo es algo obvio, pero hay que concebirlo en su justo valor: Se deben focalizar las acciones hacia un objetivo principal o prioritario. Pero para ello, lo primero es definir cuál es ese objetivo prioritario. Se parte de un hecho cumplido. Una realidad objetiva: hay minas abandonadas, cuyos derechos-supuestamente-fueron negociados por personal a nombre de "Colombia Goldfields" o "Compañia Minera de Caldas". Y aclaro lo de supuestamente, porque una de las cosas que deben aclarar los que están esforzándose en la organización en Marmato, es si todo esto es cierto. Enviar derechos de petición a los organismos pertinentes, etc. Hay que buscar información fidefigna. Estos titulos parece que fueron revendidos-en una jugada especulativa-a la compañía "Medoro Resources". El Gobernador de Caldas anunció que en Octubre de este año esa compañía reiniciaría sus labores, abandonadas por la anterior empresa. Al parecer dizque ya llegaron (noviembre). Entonces aquí es donde las organizaciones de Marmato deben exigirles-a la citada empresa y a la Administración Municipal-cuales son los proyectos, si son de exploración, si ya están inscritos ante la Delgación Minera de Caldas, si cuentan con los estudios de impacto ambiental y a cargo de quien están definidas las responsabilidades por daños a terceros, por efectos de la ejecución de los proyectos. Si abren las minas cerradas, será para asegurar esos socavones para evitar derrumbes internos? ¿Será para explotar sus vetas? ¿A quienes contratarán al efecto y en qué condiciones? He ahí un aspecto que deben vigilar las organizaciones marmateñas y en especial, la Personería y la Alcaldía. ¿Como se defenderá lo público? ¿Se establecerán los debidos controles al uso de las aguas públicas para evitar que la compañía se apropie de las fuentes en desmedro del abastecimiento de los habitantes de la zona urbana y de las veredas por donde avancen los trabajos de esa compañía?
Esas son solo algunas de las inquietudes que surgen al respecto. Ah y tambien se debe exigir a la Administración Municipal que fije con exactitud su posición frente a la situación. Si respaldará las acciones de la empresa que llega o si va a tomar partido en la defensa de los marmateños, buscando que cualquier acción o proyecto que se emprenda no se haga de manera unilateral, sino concertada con la mayoría de las personas y a través de sus organizaciones, con la debida publicidad, de manera que si se plantean beneficios alcancen a todos o a la mayoría de habitantes y no a un reducido número (como ocurre casi siempre, porque el que tiene más saliva come más hojaldre, como reza el adagio popular) y que los daños y problemas que de ello se deriven tambien sean conocidos por todos y que sepan quien asumirá los costos de reparación ambiental y social.

Estas son algunas de las reflexiones que me tomo el atrevimiento de hacer, aunque quienes conocen exactamente la problemática son los que están viviendo en el pueblo, pues uno desde la distancia, siempre corre el riesgo de especular al respecto y de caer en la trampa del facilismo dogmático.