15/6/10

La problemática de Marmato se ventila a gran Escala

La comunidad no quiere el olvido y el abandono, es por ello que ante la magnitud de la problemática del municipio, las fuerzas vivas encarnadas en el grupo Pro Defensa de Marmato, el CRIDEC, los representantes del movimiento Afro Colombiano, los consejales demócratas, entre otros, citaron el pasado sábado 12 de junio del 20010, a los medios de la prensa hablada y escrita a un conversatorio acerca de la situación del pesebre de oro de Colombia. El diario La Patria, La Revista Semana, El diario el Espectador y otros más tendrán mucho que decir al respecto. Esto unido a la referencia al tema que se hizo en el pasado Consejo Comunal en el teatro los fundadores de Manizales, ponen el caso de Marmato a un nivel de discusión muy alto, por lo que nos salimos de lo parroquial a lo nacional

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es evidente que la posición del gobierno está dirigida al fortalecimiento de la minería a gran escala. El Plan Nacional de Desarrollo Minero Visión 2019expone: “El foco de la gestión estatal para el sector debe ser la generación de un ambiente de atención al cliente que avive su confianza en el país y motive mayores inversiones en la exploración y el desarrollo de proyectos mineros”. Frente a la relación con la comunidad, el mismo Plan establece: "El mundo actual exige a los mineros un comportamiento armónico con el medio ambiente y con las comunidades de las localidades mineras. Una de las decisiones más significativas al respecto, ha sido la de las empresas que han optado por construir unas excelentes relaciones con las comunidades, frente a aquellas que persisten en acercamientos de bajo perfil que pueden terminar generando elementos de desconfianza y conflictividad". En todo caso, el gobierno ni siquiera está efectuando en Marmato su labor de fiscalización, en un proceso tan importante como es la relación comunidad-empresa, parece que el asunto se dejara a la buena fe de las empresas que lleguen al pueblo. Pero esta es una tendencia nacional, como lo es también la satanización de la minería artesanal y de pequeña escala, una minería “anárquica, desbordada” como afirmó ayer el presidente Álvaro Uribe en el consejo comunal.
Mónica R.

OSIEL RAMOS dijo...

El anterior comentario suscrito por "Anónimo" me ha motivado a participar nuevamente en este importante blog, porque a mi entender señala con certeza el punto central del problema minero que se está afrontando en Marmato y que tal como lo señala la nota del administrador, ya está siendo tema tratado "al más alto nivel". Y a propósito de esto debo señalar aquí el oportunismo de los máximos exponentes del ejecutivo nacional, que mientras aprueban las leyes y ejecutan las acciones a favor de las grandes empresas mineras, posan de "preocupados" personajes que dizque "buscan una salida" al caos ocasionado a Marmato y sus pequeños mineros.

Lo que pasa y lo que se avecina en el mediano futuro en el país y en Marmato en particular, es consecuencia de la aplicación de un modelo económico a gran escala, que en cada país privilegia la entrega de los recursos: gasíferos, hidrocarburos fósiles, minerales, ferrosos, acuíferos y vegetales considerados de interés estratégico por el gran capital transnacional, según directriz emanada desde el llamado “Consenso de Washington” en 1989, que se viene implementando desde entonces en todo el mundo, gracias a los condicionamientos establecidos por el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial, en cada paquete de crédito otorgado-principalmente-a los países en desarrollo, cuyos gobiernos han optado por supeditar su desarrollo al ingreso de la llamada “inversión extranjera”.

Desde esa época la aplicación de esas políticas se ha venido profundizando y actualizando, conforme varían las contradicciones capitalistas. Incluso, el Banco Mundial ha determinado el tipo de inversiones a focalizar, conforme a zonas continentales determinadas y según la especialización definida para cada país. En esa repartición nos correspondió en “suerte” la especialización en “industrias extractivas e hidrocarburos” y en “materias primas no procesadas”, especialmente vegetales.

Es así como los diferentes gobiernos han venido implementando la normativa interna que le dé un “marco legal” a esa orientación del FMI, de tal forma que cada reforma a los códigos se adapte a dichas exigencias, como sucede en este momento cuando las reformas a los códigos minero y ambiental y el respectivo Plan Nacional de Desarrollo se encuadran en el marco de la llamada “confianza inversionista”, que permite que los grandes capitales, especialmente extranjeros, ingresen al país, bajo condiciones de “poco riesgo”, es decir, garantizándoles altas tasas de retorno (ganancias) y unas “reglas de juego” muy claras: altas exenciones de impuestos, bajos porcentajes en "regalías" “seguridad jurídica” y un sin número de gabelas, entre ellas, mínimas exigencias relativas a conflictos sociales con comunidades afectadas, fallos indemnizatorios frente a mitigaciones ambientales y daños a terceros, entre otras circunstancias.

Lo anterior nos permite observar lo que se mueve alrededor de la minería extractiva en Colombia y entender lo que se está implementando en Marmato y, que amerita un análisis más concienzudo, explicaciones didácticas dirigidas a la comunidad menos informada y la definición de las tácticas y estrategias a seguir para confrontar esas políticas y proyectos, desde la perspectiva de la “resistencia civil organizada y democrática”, la aceptación sustentada en la “resignación cristiana” o desde la incondicional y ominosa colaboración, justificada en la supuesta “adaptación a los nuevos tiempos” y la “inevitabilidad” del citado modelo.

Como puede colegirse, este tema es complejo y suscita las más encendidas controversias y la idea es ambientarlas, dentro del mayor respeto por los contradictores, de tal manera que de la lid, surjan luces que permitan adoptar la decisión más conveniente para la mayoría de los marmateños. Bajo estos criterios, sigue abierto el debate.